SOMOS MANOS AMIGAS
Somos la primera fundación en Guatemala dedicada al tratamiento y mejoramiento de calidad de vida de pacientes que padecen Linfedema. Más de 8 años de trayectoria respalda nuestro trabajo como institución. Somos los únicos representantes en Centroamérica del Método Godoy y Godoy, que garantiza resultados superiores a otros procedimientos. Nuestros terapeutas están capacitados internacionalmente en diversos métodos y técnicas para abordar todo tipo de padecimientos del sistema linfático; los mejores resultados los hemos obtenido con Método Godoy y Godoy siendo el más eficaz, práctico ya que permite el mantenimiento del paciente después de su tratamiento.Conozca nuestros Proyectos
Como Fundación brindamos muchos servicios a la comunidad sin fines de lucro, como Jornadas de Detección de Linfedema, tratamiento para personas de escasos recursos.
Visión
Ser la fundación líder en Guatemala para la prevención, el tratamiento integral y la educación del linfedema.
Misión
Ayudar a mejorar la calidad de vida de los sobrevivientes de cáncer y personas que padecen de Linfedema.
Educar y concientizar a todas las personas sobrevivientes de cáncer que pueden desarrollar el linfedema, ya que la clave para controlar esta condición es la educación y prevención.Nuestra Fundadora
"Soy sobreviviente de cáncer de seno desde hace 11 años; de la experiencia más difícil y dolorosa nace mi gran bendición que ahora es mi propósito de vida...""Desarrollé linfedema en la primera radioterapia, una enfermedad provocada como efecto secundario a los tratamientos contra el cáncer: mastectomía, vaciamiento ganglionar, y radioterapia. El brazo del área afectada se hincha, hay una sensación de pesadez y hormigueo, es una enfermedad progresiva y no tiene cura, pero con el tratamiento adecuado se puede mejorar la calidad de vida.
Con base a esta experiencia, enfoqué mis esfuerzos para estudiar y certificarme como terapeuta en linfedema, y así impulsar la creación de la Fundación Guatemalteca para Linfedema Manos Amigas desde hace 7 años.
He aprendido que Dios siempre ha sido mi fortaleza para salir adelante; que el miedo paraliza pero la fe mueve montañas; que la depresión con la enfermedad no es una buena combinación, que los pensamientos malos y destructivos hay que cambiarlos en los primeros tres minutos por pensamientos positivos, música, risa, oración o lindos recuerdos, para que se apoderen de nuestra voluntad.
Aprendí también que el amor y apoyo de la familia y amigos es uno de los pilares de nuestra recuperación. Además que nuestra mente es muy poderosa, y así como nos atormenta también es capaz de ayudarnos a sanar, pero eso dependerá de nostras decidir cómo queremos pasar nuestro día.
Toda experiencia difícil nos ayuda a crecer, nos hace fuertes, más humana, y humilde si aprendemos a escuchar la voz de Dios, y si luego tenemos una experiencia buena la agradeceremos y la disfrutaremos el doble. Sin olvidar que la solidaridad será importante practicarla como retribución a todo lo recibido."
Mónica Orozco Aragón